domingo, 15 de noviembre de 2015

En el trabajo me hacen la vida imposible ¿qué puedo hacer?

Desgraciadamente es cada vez más frecuente que los empresarios recurran a técnicas de desgaste del empleado con el fin de poder ahorrarse la indemnización por despido improcedente que le correspondería si lo despidiera. La cuestión se agrava mucho más cuando nos encontramos ante trabajadores que llevan mucho tiempo en las empresas puesto que, cuanto mayor es el coste del despido, más atractiva es para el empresario la idea de forzar una baja voluntaria por parte del trabajador.
Palabras como esto es lo que hay y si no te gusta, te vas son cada vez más usadas y no son pocos los trabajadores que, frente a la perspectiva de tener un enfrentamiento y una mala situación en el trabajo deciden irse, o ponerse a buscar otro trabajo para evitar tan desagradable situación.

Sin embargo, es importante saber que no es esta la única alternativa, puesto que al igual que los trabajadores deben guardar el respeto profesional y preservar la dignidad del resto de sus compañeros y empleadores, el empresario está obligado a hacer lo mismo, por lo que los incumplimientos graves que realice este para con la persona del trabajador, son castigados por la ley obligando al empresario incumplidor a extinguir la relación laboral, indemnizando al trabajador como si de un despido improcedente se tratara.
Para esto, es necesario que el trabajador no ponga de manifiesto ante el empresario que tiene intención de irse y se ponga directamente en manos de un profesional que negocie con la empresa una salida y si el caso es de gravedad, que proceda incluso a interponer una demanda, pidiendo la extinción indemnizada de la relación laboral.
Si finalmente se diera la necesidad de llegar a pleito, es muy importante poder contar con aquellas pruebas que nos ayuden a acreditar la situación que hemos vivido, bien sea por testigos, de la misma o de terceras empresas que puedan conocer la situación o haber presenciado algún hecho concreto, o bien sea por documentos.
De cualquier modo, debemos saber que rendirse ante estas situaciones muchas veces no es la opción más adecuada y ha provocado además que proliferen estas actitudes que pueden llegar a convertirse en verdaderos acosos laborales.

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